lunes, 9 de enero de 2012

Ibn Alhouria Wanni

Hay una canción que habla de despedidas, pero más que una despedida, esto es un hasta pronto. Mi amigo Fateh, que llegó a mi vida en calidad de profesor de árabe y que permanecerá en un puesto que se ha ganado solito en calidad de amigo, se marcha a los campamentos. Me gustaría decir que vuelve a su país, pero aún hoy en día, después de 35 años, el Sáhara Occidental no está reconocido como Estado. Como sé que lo voy a encontrar en mi vida en muchas otras ocasiones, insisto en que es un hasta luego. Lo imaginaré en ese océano de arena que es el desierto y como aún no lo conozco, pero pienso mucho en su inmensidad, parece la excusa perfecta para visitarlo. Conseguiría así varias cosas a la vez, entender a mis hermanos, vivir una experiencia mística, recuperar a mi amigo y que me enseñara esas dunas mecidas por el viento, esa inmensa luna que él retrata para materializarla y compartirla cada vez que va y para disfrutar de la generosidad de ese pueblo nómada.
Bueno Fateh, todo esto es solo para darte las gracias, por la entrega sin condiciones, por la generosidad en tus enseñanzas, por estar siempre, incluso cuando parece que no estás o que no puedes. Deseo de todo corazón y con una gran emoción que consigas todos tus propósitos, que desaparezcan todos los problemas que ahora te mantienen en vilo y que regreses renovado, sonriendo y con ese turbante en la cabeza con el que impones autoridad y respeto, pero que te sienta tan bien...recuerda que me tienes que enseñar cómo se coloca.
Yo por mi parte prometo dejar señales en el cielo, por si en esa noche fría, en medio de las dunas, oteas el cielo y las encuentras. Porque siempre voy a estar ahí.
Gracias maestro.
gracias amigo
SUKRAN.

2 comentarios:

draimiz dijo...

La amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud. Ellos se desean mutuamente el bien en el mismo sentido.

Bitxito dijo...

Oooooh, qué chulo, Macarena.
¡Me encanta!