martes, 17 de septiembre de 2013

Yuni


Cuando menos te lo esperas, la magia vuelve a entrar en tus sueños. Si cada persona que llega a tu vida es la persona correcta, en mi caso ha llegado antes a la cama. Dormir con un desconocido no siempre trae buenos sueños, pero este no ha sido el caso. Tras meses de reiterativas pesadillas, de sueños con más o menos sentido, de dormir poco por no visualizar más el dolor...Llegué tarde a la quintería y me tocó compartir cama con Zenaida.

Intenté hacer el menor ruido posible y moverme poco una vez entre las sábanas y Morfeo llegó con un poco de retraso pero nos envolvió en unos cuadros maravillosos. El agua, los animales de las profundidades marinas y el sol llegaron a mi subconsciente y no me costó nada levantarme para empezar a vendimiar. Entonces me presenté a ella, agradeciéndole los sueños que me había aportado su compañía y sorprendentemente ella me contestó con una expresión dulce de miel joven e inocencia..."¿sí?, yo también he tenido un sueño muy bonito".

Me costó un día entero aprenderme su nombre, pero ya nunca voy a olvidar sus ojos, unos ojos rasgados, de musulmana morena y con una onomástica muy significativa. Su nombre ZENAIDA, procede del griego, el origen de nuestra cultura, su sentido: la que se ha consagrado a Dios. Hemos ido intercambiando impresiones en algunos momentos, pero no son muchos los momentos de palabras en la viña, son más los gestos, las sonrisas, las sorpresas, algunas maravillosas coincidencias...pero sobre todo las noches. 

En la segunda noche que compartimos, volví a tener unos sueños magníficos, naturaleza pura, ésta vez en un bosque, supongo que después de ver tanto verde durante todo el día...y con un pájaro que he descubierto que lleva su mismo nombre. La llaman Yuni, incluso yo durante el primer día la llamé así, pero a ella no le gusta, todos preferimos que nos llamen por nuestro nombre.

Me va a enseñar a patinar, le voy a prestar el libro que estoy leyendo, vamos a aprender algunas cosas juntas y espero poder participar en la carrera de los 6 Km que ella organiza con su grupo de atletismo. Camuñas no está lejos, pero tampoco cerca, así que de momento hasta el miércoles no nos vemos...entre tanto, la imagino en su posición de rezar, pero ésta vez sin gorra y sin tierra.


viernes, 13 de septiembre de 2013

Otra vez.

A veces, la lágrimas surgen en el momento más inesperado. Pueden ser de tristeza, de desesperación o por una simple cabezoneria, pero aunque parezcan saladas, la mayoría de las veces lo que consiguen es dulcificar, destensar, rebosar, sacar a la superficie cosas que ya no puedes guardar dentro por más tiempo.
No depende tanto de la situación, como casi todo, depende más de las circunstancias, porque a veces, por mucho que tú quieras conducir, los frenos fallan, el aceite se vierte y salta la luz de emergencia.
Algunas veces, lo único que puedes hacer es estar. A veces no tienes en tus manos más que la nada. En ocasiones, en numerosas ocasiones, tú no decides lo que acontece. Pero...


Ya se están terminando las provisiones de lágrimas. Ya hemos quemado nuestras naves y hemos salido ilesos, más quemados, con calambres, doloridos, pero eso también pasará. Estamos en un momento en el que hay que recuperar la ilusión, la fuerza y la inocencia. En eso estamos. Y sin lugar a dudas, lo vamos a conseguir.
Si hay proyectos, hay esperanzas...¡A trabajar!