martes, 29 de enero de 2013

Hipnotización


Correspondencias entre lo fantástico por lo real,
Alquimia del verbo pronunciado inconscientemente,
Demonio de la analogía que queremos descifrar,
Perpetua transformación de lo profundo y oculto.

Si pudieras, si quisieras someterte a sus designios,
Si accedieras a una hipnotización, nada,
Nada habrías de temer más que a ti mismo,
Porque fuera no existe nada más maravilloso que lo real.

Sondeamos la realidad al tiempo que la ocultamos
Pero siempre para otros; porque finalizado el hechizo
Despertarás y regresarás aquí, a la magia de lo cotidiano.
Accederás a tu resurrección.

(W) por dos vidas



No hay nada que decir sobre una muerte injusta, nada en absoluto, como vamos a ver enseguida:

“De la rama de un olivo, había suspendida una pequeña crisálida de color esmeralda, mañana ella sería una hermosa mariposa liberada de su capullo. El árbol se alegraba de ver crecer a su crisálida, pero en secreto, habría preferido conservarla unos años más, con tal de que se acordara de mi la habría protegido del viento, la habría salvado de las hormigas, mañana, sin embargo, ella le abandonaría para afrontar sola los predadores y la intemperie. Aquella noche, un gran incendio asoló el bosque y la crisálida nunca se convirtió en mariposa. Por la mañana, apagado el incendio el árbol aún se mantenía en pie, pero con el corazón carbonizado, corroído por las llamas, corroído por el luto, desde entonces, cuando un pájaro se apoya en el olivo, el árbol le habla de la crisálida que nunca despertó; la imagina con las alas desplegadas, ondeando en el azul del cielo azul, ebria de azúcar y de libertad, testigo privilegiada de nuestras historias de amor.”

jueves, 17 de enero de 2013

(V)ivir una novela.



Antes de que se me olvide quiero daros las gracias, a todos, por haber estado ahí, por la improvisación vivida estos días, por la espontaneidad y la esencia. Ha sido realmente maravilloso, sobre todo, el tiempo extra…ha sido vivir el capítulo de una novela.

Esa luz que hay en tu casa es especial, sobre todo en un día nublado, donde a ratos, luce el sol. Las vistas desde tu balcón son como transportarte a una buhardilla de París, además de los cruasanes, la mejor de las compañías, la confianza eterna tras dos años sin vernos, la bronca que un amigo debe darle a otro para que espabile y el tiempo que corre siempre en nuestra contra. ¡Menos mal que pudiste escaparte un ratito también por la tarde! Siempre es un placer compartir un café contigo…además me sentí como una princesa y hasta la foto que me hiciste me gustó.

Camino del museo tuve que entrar en una tienda para calentarme los pies, porque de tu casa al centro me quedé helada, el viento de la sierra entró en mí hasta calarme los huesos y sentí como en esa tienda, buscando un libro para mi peque, notaba los síntomas del descongelamiento, aunque ahora vuelvo a tener los pies helados. Sin encontrar lo que buscaba, no paraba de pensar en ti; quería avisarte de que estaba por allí, por si podíamos vernos de nuevo antes de que me marchara, pero solo te conozco de un intenso día y de verdad que pensé que no ibas a acceder a robarle un rato a tu rutina para compartirlo conmigo.

Así que desvié mi trayectoria y pasé de largo por la puerta del museo, preferí pasear, terminar las compras y hacer tiempo hasta que llegara la hora para encontrarme con mi pequeña gran amiga. El reproche continuo que terminaré por aceptar y asumir porque forma parte de mi naturaleza, es que no doy nunca toda la información, que todo conmigo es un misterio, pequeño y cotidiano, pero misterio al fin y al cabo, aunque en los momentos de plenitud, todo fluye y así nos aceptamos los tres en ese bar taurino donde nos pusimos al día y compartimos algunas risas y abrazos.

Entonces decidiste acompañarme hasta Atocha donde había sido citada con mi nuevo familiar descubierto, reencontrado afortunadamente y que me hace sentir parte de algo extraordinario siempre, siempre. ¡Qué guapo estabas!, tan joven, tan limpio, recién afeitado y sorprendido al ver que te llevaba justo al lado de casa. Accediste a la ambigüedad que me acompañaba y de sobra estuvimos a la altura. Scott Fitzgerald nos ha acompañado desde ese mismo instante, con sus aventuras, sus caprichos, sus excesos y el Champagne, ¡que no falte el champagne!

Comimos con vino de nuestra tierra, alargamos la sobremesa hasta que ya no entraba luz por las ventanas, disfrutamos de la copa en esos vasos torcidos, tan originales como el día, tan en su justa medida, dejándonos con ganas de un poquito más, pero teníamos planes y nuestro estado comenzaba a ser mágico, como mágico estaba Madrid esos días.

¿Cuánto tiempo hacía que no compartíamos las carreras, la prisa por hacerlo todo, el sudor y el riesgo en un robo o un atraco? No importa el tiempo, lo importante es que lo volvimos a hacer; se nos pasó la conferencia de Jazz, sí, pero llegamos a tiempo al cine, en la filmoteca proyectaban “El último tango en París”, y con las entradas en la mano entramos a tomar un vino en un local donde te encontré, no había querido llamarte esa mañana, pero el fluir nos acercó, hizo que nos encontráramos y me sorprendió que quisieras pasar un rato con nosotros cuando terminaras de trabajar. Nosotros nos fuimos al cine, pero nos separaron, llegamos tarde y fue imposible sentarnos juntos y compartir el champagne robado, después de que lo habíamos puesto a enfriar.

La película ha envejecido bien, disfrutamos del lugar, del local, de la trama y de lo que nos esperaba a la salida, por fin un ratito juntos, otra vez los tres, otra vez la luz, esta vez la de la luna, otra vez el frío que nos llevó a tu casa y allí finalmente pudimos brindar con las copas llenas de Moet chandón etiqueta azul, no quería despertarme, por eso te agradezco que me dejaras dormir en tu casa, aunque por la mañana el hechizo se hubiera desvanecido, yo no pudiera retrasar más mi partida y tu no pudieras acompañarme. Se acabaron las burbujas.

Estoy contenta y muy agradecida, se que nos volveremos a encontrar, pero lo mejor es que se que te va a ir muy bien, mejor que bien, porque no solo vives lo que lees, no solo experimentas con la vida, no solo vives lo que deseas, sino que haces partícipe a la gente que te rodea y yo me siento muy afortunada por haber podido participar este trocito de tu novela. Hasta pronto.

lunes, 7 de enero de 2013

(U)topías




Algunas veces, lo cotidiano te sorprende de manera que algo habitual se vuelve extraordinario, incluso meteorológicamente. Hemos tenido dos días de primavera invernal o quizás sea más correcto decir invierno primaveral, por las fechas en las que nos encontramos inmersos. El caso es que la luz, el sol, el cielo, el color y las flores han tenido lugar en conjunto, este fin de semana.

Hoy ya vuelven las nieblas, no son tóxicas peque, por lo que no necesitamos un mar para salvarnos, pero intoxican mi alma de tal forma que esa humedad que se te mete por entre la piel y te llega hasta los huesos, donde se instala y traspasa hasta dejarte helado, desaparece al llegar a casa y sentir que comienza el descongelamiento.

Este invierno experimento muchas de las cosas que tú me has contado, sin conocerlo, sin entenderlo, sin intuirlo, quizás igual que me sucede contigo, el Imperio Austro- húngaro me fascina como lo hace el lejano oriente; siempre parece que estoy dentro de un cuento.



Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías


cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza



cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea



cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada



cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro



cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía.



La utopía se refiere a la representación de un mundo idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente y este es tiempo de construir ese mundo idealizado. Si somos capaces de mejorar, si queremos y creemos que podemos ser mejores personas, si de repente parece que la gente que te rodea te lee el pensamiento y no te juzga, al contrario, te apoya, es tiempo de utopías.


miércoles, 2 de enero de 2013

(T)irito



No es porque tenga frío, aunque este invierno de nieblas y hielos ha llegado, lento, pero viene.

Tirito porque vuelvo la mirada atrás y no entiendo todo el miedo en el que he estado metida, el pánico, el terror.

Tirito porque la vida me ha puesto un montón de maneras de hacer las cosas y he elegido la peor.

Tirito porque el inconsciente se busca los atajos más vergonzosos para poder salir adelante, para resolver lo que el consciente no sabe, pero de manera inevitable daña y duele a las personas que tienes cerca.

Y bueno, en definitiva, tirito porque es el mecanismo de defensa que tiene el cuerpo para no morir de frío, movimientos que te obligan a activar partes de tu cuerpo que de otra forma quedarían entumecidas, porque me estoy curando y esa es la manera en la que busco el camino.

Ya no estoy en un acantilado, no, ahora estoy en un árbol; y me gusta, porque es un lugar donde puedo tomar perspectiva, donde no tengo prisa, donde respiro y donde sé que voy a tomar decisiones importantes, la primera, qué camino quiero seguir.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

(S)upersticiones. Feliz Martes 13


Comenzamos un nuevo año ¿cómo terminaste el anterior y cómo has empezado éste? Cada uno que reflexione su respuesta. Este año solo he deseado un feliz martes 13, no todo el mundo ha entendido el deseo y explicarlo cada una de las veces que lo he hecho me ha demostrado que no es tan ingenioso como yo creía.
El día uno este nuevo año ha caído en martes y entramos en el 2013, así que feliz martes trece y que sepáis que todos los martes van a ser trece este año se ponga la gente como se ponga. Esto lo digo por la cara de dos hermanas que cuando escucharon mi felicitación expresaron un mohín, torcieron el gesto, se disgustaron y es que son bastantes supersticiosas.
Por otro lado, en los medios de comunicación de masas, esos medios de manipulación que crean la opinión general, (buen oxímoron para nuestro amigo Arcadi), prensa, radio, televisión y redes, parece que el 2013 no exista, o no vaya a pasar nada, o vaya a ser un año igual o peor que los anteriores; sin querer, hay una malintención premeditada, nada sutil, perversa y dañina, en conformarnos con un 13 que no podrá ser de otra forma; y se nos olvida que viene con 365 oportunidades, no recordamos lo que cada uno de nosotros puede hacer por sí mismo y por los demás, ahora nos preocupan las cosas de siempre, los regalos para el día 6, la cuesta de enero, poder pagar y poder pagar y poder pagar, incluso cuando no tienes un trabajo, ni remunerado ni no remunerado, que te haga sentir un humano algo más útil en esta jungla de sociedad que hemos construido entre todos.
Pero en realidad yo veo un 2013 reflexivo, donde desde la tranquilidad de lo legítimo, lo ético y lo humano, igual llegamos a la ilegalidad, pero es una forma de demostrar que no siempre lo legal es justo, y que todo se puede cambiar, incluso las leyes. Para que nadie se quede sin comida mientras se tiran contenedores llenos de alimentos, para que nadie duerma en la calle mientras un montón de casas están vacías, para que ningún ser humano sea ilegal, para que todos y cada uno hagamos nuestro trabajo, ese que no nos pagarán con dinero, sino con la sensación de hacer lo que había que hacer. Y así se presenta este martes 13.
Por mi parte, empiezo a trabajar a cambio de alojamiento y comida, lo cual es poco, pero por ahora es suficiente, es otra forma de ayudar, de sentirme útil y de sanar un poco más esta alma que está pasando del marrón al rosa de una vez y basta.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto.