En algunos momentos de la vida,
cuando las fuerzas fallan,
cuando entran ganas de huir hacia delante,
cuando sientes que nada va a ir mejor,
entonces, recuerdo.
Recuerdo cada vez desde más lejos.
Como cuando yo sólo tenía trece años
y tú viniste con un poema para mi.
En concreto para mi sonrisa
pero la excusa es lo de menos.
O aquella otra vez que me mandaste
de forma inesperada un dibujo que era
pero no era del todo yo.
Y sin embargo me incluiste en un paisaje
que era pura naturaleza, como Gaia.
Y hoy, ordenando documentos informáticos
apareció la canción que me compusiste
hace a penas cinco años, en plena crisis,
y que cantaste en directo en aquel programa de radio
que se convirtió en el final de un periodo.
Repito muy a menudo que tengo suerte,
pero para cuando se me olvide, he aquí
mi kunstwollen, o el tuyo, o el nuestro
o el vuestro. ¡Qué más da!
Si todo es TODO.