lunes, 27 de febrero de 2012
-La gente que me gusta- por Mario Benedetti
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
domingo, 19 de febrero de 2012
Cronos y Kairós
...Los griegos tenían dos dioses del tiempo: Cronos y Kairós. Cronos era el dios del tiempo cronológico, cuantitativo, el tiempo de los calendarios y de los días que se suceden sin destino. Kairós, el dios de lo vivido, de los instantes únicos. La cultura tiene que ver con este dios de la experiencia del momento oportuno. El alma de un pueblo está en los relatos que guardan la memoria de tales momentos de epifanía. Troya es la locura visionaria de Casandra, el temblor de Paris en los brazos de Helena, la desesperación de Príamo ante la muerte de Héctor. Es un mundo que ha dejado de pertenecernos, y basta con ver los monumentos que presiden nuestras calles y plazas. Generales de dudosa reputación, políticos rancios, alegorías simples, escritores y pintores sin demasiado interés: un mundo cuyas historias nadie recuerda, es todo lo que tenemos. Para volver a hablar necesitamos recuperar la memoria de los bellos relatos. Sherezade, así, podría tener una estatua a la entrada de las bibliotecas; el capitán Achab, en las dársenas de los puertos; y Eros y Psique, en las zonas más umbrías de los parques. La figura de Tom Sawyer podría acompañar a los adolescentes en sus paseos en barca, y la de Mowgli a las familias que van al mercado a comprar. “Tenemos la misma sangre tú y yo”, les decía el niño lobo de El libro de la selva a los animales. Se me objetará que son personajes de ficción, pero ¿qué es la ficción sino el esfuerzo de explorar la verdad? El hombre no puede alimentarse sólo de realidad. Necesita relatos que le permitan transformar las pequeñas circunstancias de su vida en algo significativo y precioso que pueda compartir con sus vecinos. Por eso es tan decisiva la cultura. Si la comparamos con una hoguera lo que importa, como decía Benjamín, no es hablar de la madera que la alimenta sino del misterio de la llama que la hace arder. Sólo ella “custodia un enigma: el de la vida”. Avivar esas llamas es lo que necesitamos. Lejos de los magnos eventos, de los congresos anunciados a bombo y platillo, de las inauguraciones llenas de autoridades somnolientas y de los tristes manuales de autoayuda, la verdadera cultura es algo tan simple como preguntarse qué oculta el corazón de una niña de 13 años.
Where're you?
Un beso.
viernes, 10 de febrero de 2012
Esta semana ¡Tulipanes!
miércoles, 8 de febrero de 2012
Mi última adquisición
Mi penúltima adquisición.
martes, 7 de febrero de 2012
sábado, 4 de febrero de 2012
Toni rebate el post del Maestro Ignorante
los que tienen más, o sea, los ricos (que antiguo que suena), los que "se creen ricos" por que ganan mucho y los que pretenden serlo a costa de lo que fuere estan autoconvencidos de que eso de comunicarse, del placer y la esperanza son tonterías de vagos, manumitidos y caraduras que intentan vivir a costa de los demás, o del Estado, que para eso está, por lo que hay que defenderse de ellos arrojándolos al arroyo de los incompetentes... porque... como dice el señor Monti -más o menos- "reconozcámoslo de una vez, un trabajo fijo para toda la vida es un aburrimiento... (sic); o como asegura el "nuevo nazismo alemán" de la señora Merkel, si no puedes con ellos con las armas, déjalos sin dinero, por perezosos y holgazanes ¡viva la austeridad calvinista! (Weber). Mientras ingleses y norteamericanos, con mayores déficits que Europa, tienen Bancos Centrales que emiten dinero para que el sistema económico no se pare (¿?), en Europa tenemos que mantener la austeridad alemana a costa de nuestras vidas; ¿de qué nos sirve comunicarnos el placer y el dolor? ¿para qué la esperanza? ¡viva el temor! el temor: la disciplina del que nunca puede, porque se quedó sin valor, porque se ha acostumbrado a obedecer y ya no sabe hacer otra cosa; mejor no alzar la voz no sea que...
¿Qué clase de país es uno que quita dinero a la educación y la sanidad para dárselo a los toros? ¿El tuyo?
¿Por qué se retira una asignatura como "Educación para la ciudadanía" por doctrinaria y se mantiene gratis a una casta sacerdotal premedieval? ¿También es ese tu país? Prefiero dispersarme aleatoriamente por el globo y disolver esta sociedad.
Deberíamos leer más a Chesterton.
Un beso muy fuerte.