jueves, 31 de enero de 2008

Érase


"Érase una vez un señor muy viejo, ni feo ni guapo, ni alto ni bajo, ni rico ni pobre; no era ni una cosa ni la otra. Casi siempre viajaba solo, porque su olor, impedía a la gente aproximarse a él. No era desagradable ni tampoco apetitoso, olía a hierba.
La causa la descubriría años después, cuando sufrió su metamorfosis. Tenía la costumbre de salir de acampada a lugares donde aún no había llegado ningún otro hombre hasta entonces.
En uno de esos largos paseos en solitario, quedó quieto frente a un gran árbol que tenía por corteza un manto verde con tacto de terciopelo. Se apoyó en él a descansar y durante un rato, ni corto ni largo, quedó inmóvil hasta que quiso moverse y no pudo.
Notó su piel más oscura de lo habitual, más suave de lo normal para un hombre y con un olor mucho más fuerte que de costumbre. Sin saberlo, se estaba convirtiendo en parte del árbol.
No conseguía moverse, ya no podía respirar, pero notó que no le hacía falta, transpiraba. No sabía el tiempo que llevaba allí, pero poco a poco se fue olvidando de que alguna había sido un hombre".
El dibujo es como un retorno al comienzo de un estilo que adquirí en la escuela de arte, debe ser la cuenta atrás, los nervios, la presión... Espero que se pase.