lunes, 26 de diciembre de 2011

Vuelve a casa por navidad

Hoy, el madrugón ha sido considerable, teniendo en cuenta que voy a estar fuera de casa una semana, hay que dejar lista la partida, pero también hay que preparar la llegada y así, entre preparar el disfraz (para la cena de los amigos), el amigo invisible (por primera y última vez, porque en mi casa los conceptos "invisible" y el "secreto" no sirven)y el vino para la noche vieja (ya desde hace dos años, el año nuevo lo celebra cada uno en su casa), me he encontrado a las 11 de la mañana con todo hecho y esperando la llamada de Fateh, que además de ser mi profesor de árabe, es mi amigo, pero en lo que va de curso...solo he asistido a una de sus clases y nos hemos visto dos veces.
Hoy es su cumpleaños, nos encontramos la semana pasada por la calle y le pedí que me reservara el lunes por la mañana. Nos comprometimos a madrugar los dos, cada uno por su lado, para hacer primero lo obligatorio y después disfrutar del tiempo restante en compañía, el uno del otro...pero no llama...pero no llamo.

Esto va para todos mis amigos, los que veo y los que no veo, los que llamo y los que me llaman, a los que escribo y no contestan y por supuesto a los que contestan y a los de siempre, aunque cada vez nos vemos menos.
¡Menos mal que existen estas fiestas. No por lo que representan, sino por el respiro que nos proporcionan, los encuentros anuales, que casi son rituales, y las obligaciones que nos hacen estar donde tenemos que estar, por una vez y basta.
OS QUIERO MUCHO.
Pero ahora tengo que llamar a mi profe.
¡FELIZ 2012!

viernes, 23 de diciembre de 2011

Héroes anónimos

Anoche llegué a casa a la misma hora que cada jueves, pero un poquito antes que mi héroe, encendí el calefactor para quitar el helor de la cueva y entonces entró él por la puerta con cara de sorprendido, sin quitarnos el abrigo ninguno de los dos, me contó su hazaña del día, bueno, para ser exactos, de la tarde. Me dijo:
¿Sabes? Hoy le he salvado la vida a un cliente.
Y yo sonreí, aliviada, pero también orgullosa de mi héroe anónimo.
Ya conté por aquí, como hace un tiempo el traía a casa pajaritos que se nos acababan muriendo, por eso le pedí que dejara de hacerlo, pero esto ha sido distinto y fantástico, le ha salvado de morir ahogado de la manera más tonta, pero es que hay que estar en el momento oportuno y saber qué y cómo puedes hacer para ayudar a alguien que ya está inconsciente.
La vida es extremadamente frágil, así que vamos a disfrutar todo lo posible de ella.
Yo ahora me siento muy segura, porque vivo con un super héroe.

Mantecados para la Navidad

Cada año, para el puente de la Constitución, nos reunimos en casa toda la familia para realizar los mantecados de cara a la navidad.
Hace mucho, mucho tiempo, pasábamos más frío pero todo era más cálido, o por decirlo de otra manera y no herir a nadie, la familia era amplia entonces y ahora cada vez es más nuclear.
Antes teníamos que ir al horno de la Alameda y quedábamos con Socorro, la vecina de la aldea y su familia, más mi abuela, sus hijos y todos los primos que resultamos de los hijos de sus hijos. Y allí, en un horno chiquitito y medio derruido amasábamos bollos suizos, mantecados, pastas, galletas, anaranjados y hacíamos un pan para comer allí.
Unos años más tarde, mi tía Pili hizo un horno en su casa y como entonces nosotros eramos sus vecinos, solo teníamos que dar la vuelta a la esquina y empezar a trabajar.
De unos años a esta parte, como fue mi padre el que se hizo el horno, solo vamos mis padres, mi hermano y su agregada con la familia de la agregada y yo y mi agregado, sin su familia afortunadamente. Y digo afortunadamente, no porque no me parezca bien que vengan, sino porque son ocho hermanos y sus agregadas y los hijos de estos y 230 kilómetros de distancia.
Pero lo fundamental es, que si el puente no hay planes para salir del país, el plan es ir a casa de la mamma para hacer los dulces de navidad.
El olor que sale del horno desde las 8 de la mañana abre el apetito e incita a probar todo lo que sale de esa boca rujiente, roja y caliente, incluso antes de que se enfríe y este año, lo mejor, lo que mejor ha salido son los mantecados, cantidad y calidad.
Yo me traje una caja a Almansa, porque quería que mis alumnos las probaran y tengo algunos amigos a los que he preparado su correspondiente cajita, aún así, no se si van a llegar a fin de año o se van a terminar en navidad, pero todos lo que han probado los mantecados de este año han sonreído tras el primer bocado y han querido repetir tras el último. No han sido necesarias las palabras. Y aquí dejo una imagen.



martes, 13 de diciembre de 2011

Mi carta a los Reyes Magos


Yo no soy muy de Papa Nöel, de hecho yo, con Papá Molina tengo más que suficiente, pero desde que se escribir me ha encantado escribirle a la gente y por supuesto, redactar la carta para los Reyes Magos de Oriente, con la que tienen liada siempre por allí, no se cómo hacen para solucionar los caprichos de aquí.
Bueno, este año apenas he redactado nada, pero he hecho una lista de regalos, ninguno para mí, pero todos pensados en exclusiva y realizados por las manos de unos bichitos que conozco que firman como Ele de Libélula, ¡a que suena genial! Ele de Libélula, Ele de Libélula, Ele de Libélula, Ele de Libélula, si lo repites super deprisa y sin parar hasta suena como el ruido de los insectos.
No tengo aún ni la más remota idea de como quedarán, pero prometo subir las fotos de las maravillas que realizan, de momento incluyo aquí un enlace por si algún despistado pasa por aquí y "le pica" la curiosidad.