A cada golpe recibido de tu mano
percibo un jarro de agua fría social
porque se te olvida que eres hermano
en un mundo donde la lucha es individual.
Cuando nombran una frase sin alma
y defienden que "la ley nos ampara"
me pregunto cuando sucede la hazaña,
si cuando pegan, amenazan o matan.
La denuncia solo empeora las cosas
porque el miedo a represalias paraliza
un falso sentimiento de salvación.
Aún más con esa ley injusta con nosotras
porque siendo víctimas encima nos azuza
una sociedad responsable de la exclusión.
