miércoles, 25 de enero de 2012

Continuamos con Steiner

El AMOR es la oposición dialéctica al odio, su reflejo contrario. El AMOR es, en diversos grados de intensidad, el milagro imperativo de lo irracional. No es negociable como lo es la (condenada) búsqueda de Dios.
Temblar, en lo más hondo de nuestro espíritu, hasta el último nervio y el último hueso, ante la visión, ante la voz, ante el más leve roce del ser amado, luchar, trabajar, mentir sin tregua para alcanzar al hombre o la mujer amados, para estar cerca de ellos; transformar la propia existencia- personal, pública, psicológica, material- en un instante imprevisto, en la causa y consecuencia del amor; experimentar un dolor y un vacío inefables en ausencia del ser amado, cuando el amor se marchita; identificar lo divino con la emanación del amor, como todo platonismo, es participar del más común e inexplicable sacramento de la vida humana. Es sentir la madurez del espíritu. El amor puede ser el vínculo no elegido, hasta el punto de la autodestrucción entre individuos ostensiblemente incompatibles. La sexualidad puede ser secundaria, fugaz o estar completamente ausente. Más allá de la razón, más allá del bien y del mal, más allá de la sexualidad, que incluso en la cumbre del éxtasis, es un acto tan insignificante, el AMOR es uno de los milagros que validan la existencia mortal.

2 comentarios:

Ruben Molina dijo...

...........
+100
no digo nada más

Bitxito dijo...

Qué cuco, Macarena.
Por cierto, recordé la cuenta de correo jajaj