domingo, 18 de enero de 2015

Suicitidio


Cómo algo tan pequeño, tan tierno, tan frágil, ¡puede darte tanto!.
Y sin saberlo, siendo un terrorista de la ingenuidad,
siendo el Carpe Diem de los romanos y los contemporáneos,
 los ancianos y los vanguardistas.

Descolocando cada instante, viviendo el segundo al mismo tiempo,
desbordando sensaciones tan extremas a cada instante.
queriendo y odiando al segundo nuestra compañía,
extrañándonos con una ñ tan, tan española que resulta rara.

Y sin embargo, sintiendo que se nos va la vida.
sabiendo que esto no durará siempre,
conscientes de dónde venimos, sin saber dónde nos vamos.
Ni tú, ni yo, ni toda esa muchedumbre que nos rodea.

Pero quiero que sepas, aunque ya lo sabes,
que yo no tengo mucho tiempo, nunca lo tuve.
Que tú tienes todo el tiempo del mundo, pero no lo sabes.
Que la tierra gira sin sentido, pero consentida.

Para que sepas que ya no tengo miedo porque tú,
tú has conseguido encarnarte en el ser inmortal que inventé,
tú eres todas esa lágrimas sinceras e incongruentes,
tú, tan pequeño, tan contenido, tan compacto, tan eterno.

Inventas palabras cada día para mí, creyendo
que como me gustan tanto las letras, así podrás retenerme.
Pero sabiendo, en el fondo, que volaré a otro espacio,
que viviré eternamente, compartiendo todo contigo.

No hay comentarios: