miércoles, 21 de enero de 2015

Regreso


Cuando ya llevaba treinta días allí
supe que nadie iría a rescatarme.
Aún así esperé cartas, postales,
señales de humo, visitas, whatsapp.

De tanto esperar, dejé de esperarte
y en ese momento apareció Él
de entre la niebla, descalzo,
un ser que llegaba de otro mundo.

Ahora cada vez que hay niebla
creo que se va a dibujar su silueta
en el fondo, de repente y sin zapatos,
mientras yo me adentro hacia ella,

en un fallido intento por desaparecer.

A veces, recuerdo la excitante imagen
de tus pies desnudos, conduciendo un coche.
En una noche de verano, soñando
con la música a la que nos acercamos. 

Entonces ya no quiero desaparecer.

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