sábado, 24 de enero de 2015

Cuando aprendí baille para leer tus cicatrices


Cuando aprendí braille para leer tus cicatrices
quise alimentarme de sus historias y tener
la fuerza para sanarlas con mi saliva.

Cuando aprendí braille para leer tus cicatrices
quise mejorar para merecer un rincón
en alguna de ellas, y alargar la primavera.

Cuando aprendí braille para leer tus cicatrices
deseé que fuesen tan largas y profundas como el Danubio,
para navegar por ellas el resto de mis días.

Cuando aprendí braille para leer tus cicatrices
me di cuenta que también podías emocionarme
sin cerrar los ojos.

Cuando aprendí braille para leer tus cicatrices
encontré relatos de las heridas del pasado que
narraban con una pasión inteligente la vida
de ese personaje indolentemente raro.

que ya solo se dedica a buscar los accidentes
con los que componer tu historia, porque
lo que necesito es resolver la incógnita.
Y tras el amor, ya no veo, sólo te leo.




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