sábado, 8 de febrero de 2014

Mi flor de Kafountine



Mi flor, Cristine, la alegría del domingo en el campament Kalunae.

Nos conocimos en la calle, Yaya y Chepe todos los días se saludaban de la misma forma divertida y cómplice. Y el domingo, Marie, la mamá de Chepe, la dejó con nosotros para que jugara un ratito.

Pintamos, corrimos, bebimos te, jugamos al escondite y empezó a traerme flores. cada día, todos los días desde que nos conocimos, mi flor, me traía flores para adornar más aún nuestro precioso entorno.

Los niños son lo mejor...en cualquier parte del mundo.

Están en el presente, centrados en lo que hacen, la acción puede ser repetida hasta la catarsis con idéntica voluntad, es importante el ahora porque el tiempo no existe y ellos lo saben. Sonríen con una intensidad extrema, con la misma intensidad con la que lloran. Son espontáneos y agotadores para los adultos, siempre ocupados en el pasado o en el futuro.

Tenemos la obligación de fomentar la alegría, porque los niños son el futuro, pero lo que ellos encuentren en su camino, depende mucho de las acciones que llevemos a cabo nosotros, "los adultos".

Mi flor, Cristine, la alegría de este sábado en Alcázar de San Juan. Hoy, además, acompañada de una nueva vida, Hugo, que ya está con nosotros.

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