jueves, 23 de enero de 2014

Sorpresas que dan la vida.


Nueve meses después, he vuelto a encontrar lo que dejé olvidado allá:

La inspiración, la atención, las ganas de crear, la necesidad de volver una y otra vez sobre mis propios pasos, hasta que de una vez por todas y para siempre aprenda la lección.

La vida es diferente para cada uno de los siete mil millones de habitantes que hay hoy sobre la tierra; yo no esperaba nada de la vida y sin embargo lo esperaba todo.  Ahora que no tengo nada, aún lo espero todo. La felicidad está en uno mismo, a retazos, por momentos, en pequeñas cosas que nos parecen grandes; pero nos acompaña, aunque a veces nos empeñemos en darle la espalda.

Una vez leí que la emoción más adictiva es la autocompasión; paraliza, abstrae, ciega y alimenta el ego, algo que en occidente está sobrealimentado. No solo he salido de esa emoción, ya no solo no  me autocompadezco, sino que tampoco quiero que nadie me compadezca.

Me he encontrado allí dónde llegué perdida, he recuperado parte de mis inquietudes, vuelvo a leer, vuelvo a escribir, vuelvo a pintar y lo que me parece más importante de todo, vuelvo a soñar.

Así que si la vida es sueño, los sueños, sueños son…


FELIZ 2014.

2 comentarios:

Bitxito dijo...

Feliz 2014, Macarena. ¿Puedo enviarte luego un correo?
Un besazo enorme, profe. Disfruta muchísimo por las dos.

Gaia dijo...

Estoy deseando leerlo