Comenzamos un nuevo año ¿cómo
terminaste el anterior y cómo has empezado éste? Cada uno que reflexione su
respuesta. Este año solo he deseado un feliz martes 13, no todo el mundo ha
entendido el deseo y explicarlo cada una de las veces que lo he hecho me ha
demostrado que no es tan ingenioso como yo creía.
El día uno este nuevo año ha
caído en martes y entramos en el 2013, así que feliz martes trece y que sepáis
que todos los martes van a ser trece este año se ponga la gente como se ponga.
Esto lo digo por la cara de dos hermanas que cuando escucharon mi felicitación
expresaron un mohín, torcieron el gesto, se disgustaron y es que son bastantes
supersticiosas.
Por otro lado, en los medios de
comunicación de masas, esos medios de manipulación que crean la opinión
general, (buen oxímoron para nuestro amigo Arcadi), prensa, radio, televisión y
redes, parece que el 2013 no exista, o no vaya a pasar nada, o vaya a ser un
año igual o peor que los anteriores; sin querer, hay una malintención
premeditada, nada sutil, perversa y dañina, en conformarnos con un 13 que no
podrá ser de otra forma; y se nos olvida que viene con 365 oportunidades, no
recordamos lo que cada uno de nosotros puede hacer por sí mismo y por los
demás, ahora nos preocupan las cosas de siempre, los regalos para el día 6, la
cuesta de enero, poder pagar y poder pagar y poder pagar, incluso cuando no
tienes un trabajo, ni remunerado ni no remunerado, que te haga sentir un humano
algo más útil en esta jungla de sociedad que hemos construido entre todos.
Pero en realidad yo veo un 2013
reflexivo, donde desde la tranquilidad de lo legítimo, lo ético y lo humano,
igual llegamos a la ilegalidad, pero es una forma de demostrar que no siempre
lo legal es justo, y que todo se puede cambiar, incluso las leyes. Para que
nadie se quede sin comida mientras se tiran contenedores llenos de alimentos,
para que nadie duerma en la calle mientras un montón de casas están vacías,
para que ningún ser humano sea ilegal, para que todos y cada uno hagamos
nuestro trabajo, ese que no nos pagarán con dinero, sino con la sensación de
hacer lo que había que hacer. Y así se presenta este martes 13.
Por mi parte, empiezo a trabajar
a cambio de alojamiento y comida, lo cual es poco, pero por ahora es
suficiente, es otra forma de ayudar, de sentirme útil y de sanar un poco más
esta alma que está pasando del marrón al rosa de una vez y basta.
Gracias a la vida, que me ha dado
tanto.
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