miércoles, 17 de octubre de 2012

Contra Jaime (G)il de Biedma (en su propia voz)

CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación -y ya es decir-,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
-seguro de gustar- es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta!
Y si yo no supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!




No publicó mucho, ocupado en vivir y trabajar, debatido entre su esencia y su presencia, entregado a un padre que esperaba algo distinto de él, no más, no menos, simplemente distinto. Pero cada poema es crítico, sincero y autoritario.
El determinismo de una sociedad incapaz de cambiar su historia y el conformismo y desencanto que impregna el mundo intelectual de izquierdas después de la transición a la democracia le abocaron a la desesperación. Fracasaron sus esfuerzos por sobrevivir a la apatía del conformismo burgués del que no conseguía escapar. Esto le condujo a abandonar prácticamente su producción literaria hasta su muerte por sida en enero de 1990, al lado de su último compañero, el actor Josep Madern.
He elegido éste poema, llevada por ser una piedra que lanza sobre su propio tejado. ¿A quién no le cuesta aguantar su yo? ¿A quién no le cuesta reconocerse en uno? ¿Quién no se cansa de aguantar los formalismos que nosotros mismos nos autoimponemos?.
Pues quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

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