lunes, 2 de diciembre de 2013

Priego.



Lo extraordinario de ir a ver a un amigo y encontrar el invierno de golpe, es un regalo más de éste año.

 ¡Qué detalle que pidieras nieve para nuestra llegada! Es cierto que igual te pasaste en la cantidad, pero todo estaba ¡tan bonito! Incluido tú.

Después de un año, ha sido como verte ayer y esa sensación sí que me resulta familiar con algunas otras personas. Pero qué bien que nos recibieras en la que ahora es tu casa, que nos enseñaras esos paisajes, esos parajes, que nos prepararas esa aventura por en medio de la maleza y ese continuo vaivén de las bolas de nieve. Cada vez que nieva tengo cinco años.

Las fotos ni siquiera se aproximan, pero las sensaciones permanecen. El frío, la quietud, los animales, la soledad, el hielo y todas las personas que nos encontramos por un día.

Sí, sí, ya se, a mi no me gustó nada el carácter de las gentes de la serranía de Cuenca, pero que le vamos a hacer, tampoco vivo allí y no tengo que experimentar ese esfuerzo a diario.


Seguiremos viajando, este año es así, la vida es el viaje. Y ya llegará el mundo y nos obligará a pararnos.

 Quería darte las gracias de nuevo, no sé como nadie va a superar eso.

2 comentarios:

Francisco Maciá dijo...

Todo un gustazo volver a leerte, después de verte y escucharte.
El placer ha sido mutuo, me ha sentado genial tu visita.
El carácter frió y áspero de las gentes serranas, se lleva mucho mejor, con las refrescantes visitas llenas de sonrisas y entusiasmo. Pero lo mejor de todo, fue sentirte tan Macarena como siempre. Tal vez sea verdad que la profesión se lleva por dentro, pero mi impresión, y de aquí mi tranquilidad, es que pese a lo tumultuoso del 2013 sales de él fortalecida.
Una vez devuelta la visita, ahora toca vernos allí donde nos conocimos.
Te mando un besazo.
hasta pronto.

Bitxito dijo...

El campo y tú.
Los viajes y tú.
La felicidad y tú.