En ocasiones excepcionales, alguna estrella desnuda descarga todo su brillo sobre la noche; iluminando las zonas antes marchitas y poniendo todo patas arriba; cegando la oscuridad y haciendo florecer brotes de pasión donde sólo había lápidas, muros y asfalto...tú eres la estrella; yo soy la luna.
No sabría como decirte, hada misteriosa, que cada vez que te veo el corazón se me droga de ilusión y quiere lanzarse a ti, rompiendo la jaula de costillas en la que está encerrado.
No sabría declararte, hechicera desconocida, que en tu mirada volcánica hay más magia aún que en el paraíso más deseable; más néctar que en la fruta más exótica; más encanto que en el orgasmo más intenso. Cuando tus ojos de fuego me apuntan, me ducho con tus rayos de alegría.
No sabría explicarte, ninfa del sueño, que desprendes electricidad por cada poro de tu cuerpo, y que vivo enchufado a ti.
No sabría confesarte que en mi cabeza siempre estás y temo desgastar tu rostro de tanto masticarlo en mi memoria, de tanto saborearlo en sueños, de tanto difundirlo en mi imaginación.
Tampoco sabría comunicarte que estoy borracho de tu sonrisa, imantado con tu presencia, enroscado en tus mejillas, fascinado por tus pecas, tu voz, tus piernas y qué sabré yo cuantas cosas más de tu sabrosa existencia.
No te diré sin embargo, que cuando desapareces me quedo mustio como si fuera invierno, apagado como una tumba, más jodido que un pez sin bronquios.
No insistiré más, se que me huyes, que no me conoces, que solo son ratos pero nunca doy un paso atrás. Prefiero meter la pata hasta las cejas a quedarme inmóvil como un fósil.
Disculpa si te he molestado u ofendido ¿qué más puedo decir?
Os dejo bella dama, hasta el próximo enredo de miradas. Hasta entonces, salud y un guiño.
Haz lo que quieras con esto,
Haz lo que quieras conmigo
Por favor, no pares de reír...
Buen provecho.
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