jueves, 14 de agosto de 2008

Regreso

Hacía mucho que no viajabamos juntos en nuestro pequeño coche granate sin aire acondicionado y en pleno verano para visitar a mi familia.
Pero he de agradecerle el reencuentro con esa carretera rodeada de campos llanos y de infinitos colores con millones de matices rojos, verdes, negros y amarillos; una carretera con sabor a carne asada al fuego de una buena leña que por supuesto, nos embriagó y no tuvimos más remedio que parar a merendar antes de continuar el viaje hacia la infancia y los recuerdos de mi vida sin él.
Acompañaba nuestro viaje el olor a tabaco rubio que él se fumaba mientras yoconducia; hasta que por fin llegamos a la casa de mis padres, donde reside toda la música de mi vida, la de antes, la de ahora y que está por llegar.
Las canciones en inglés de todos aquellos grupos de los setenta que tanto nos gustan y que encontramos tarde, ya en los noventa. los verdes y azules en armonia con los marrones y rojos de la música clásica... y por supuesto, el Jazz, tan negro como elegante, tan salvaje como urbano que me llevó a mis mejores amigos ... y ahora también suyos.

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