Voy a bajar las persianas del cuarto
para poder masturbarme
aunque sepa que ya no puedes mirarme
estando tan lejos
en la habitación de al lado.
Voy a abrir de par en par las ventanas
a sacar mi vergüenza enjaulada
aunque sepa que ya nunca volveré a casa.
Como si pudiera prender una hoguera
y quemarlo todo, incluidos nosotros.
Voy a cerrar de una vez mi corazón
para poder abrir del todo mis ojos
ciegos, vacíos y secos de tantas lágrimas.
Aunque quiera volver a tenerte
para poder enseñarte a volar.
Y no tener que despedirme
cuando queramos casarnos por luto.
Y no tener que esperarte
cuando huela la lluvia
que anuncia el invierno.
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