viernes, 20 de febrero de 2015

Cenizas


Empezamos cerrando los ojos para 
no oír nuestras propias mentiras.
Continuamos cerrando la boca 
al ver que nuestras palabras arden.
Son fuego durante algunos segundos, 
pero caen al suelo convertidas en cenizas.
Finalmente tapamos nuestros oídos para
no ver la cuchilla que separa con precisión
lo correcto de lo incorrecto.
Y nos queda el tacto que plantea otras dudas,
otras texturas, otras insatisfacciones.
Así que todo duele a quemado,
en un final donde conocemos muy poco
de los que tenemos más cerca.


No hay comentarios: