jueves, 28 de febrero de 2013

(X) Los desorientados



¿Te acuerdas?, es el libro que me regalarte por mi cumpleaños, el primer y último cumpleaños que nos tuvimos tan cerca. El día D.

He apartado numerosos objetos de aquellos días, pero poco a poco han ido saliendo de las cajas para ocupar un nuevo lugar en este nuevo espacio que habito. El caso es que parecía que seguía así, desorientada, como un pájaro cuando se pierde del resto del grupo y no tiene que dirigir, ni a quien lo dirija. ¿Sabías que las bandadas de pájaros siguen una jerarquía en sus posiciones? Aunque la van rotando. Bien, pues ya no hay nada guardado.

Así que en tres días que he estado en la cama, por obligación, he terminado los desorientados y he de decirte que ha sido un libro que me ha traído de nuevo el exilio a la mente, GRACIAS, no es que se hubiera ido, no es que lo hubiera olvidado, es solo que a veces guardamos en el cajón más profundo las cosas que alguna vez nos importaron. Lo bueno de las mudanzas es que vacías cajones…entre otras cosas.

Y cada vez que lo abría, cansada de dar vueltas, recién despertada de un delirio, tras un sueño o una pesadilla, leía la dedicatoria y me decía a mí misma…¡cómo hemos cambiado!. Sé que seguimos siendo los mismos, pero pequeñas parcelas cerradas en nuestra mente han salido inevitablemente, transformando nuestras estructuras…esto también desorienta un poco ¿no crees?

Tanto rollo para decirte que no podré acompañarte en tu aniversario, pero que estoy ahí aunque no esté, que ningún lugar está lejos y que…bueno, me pierdo a los mejores. No voy a echarle la culpa a nadie; “la culpa es de uno cuando no enamora y no de los pretextos ni del tiempo”, así que me quedo aquí esperando noticias que ya debían estar aquí desde la pasada semana; es lo que tiene éste país, una burocracia ridícula, un tener que ir tres y cuatro y hasta cinco veces a un mismo sitio, un vuelva usted mañana para que nada cambie, para que todo siga igual o aún peor.

Quizá fue una hecatombe de esperanzas
un derrumbe de algún modo previsto
ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido


todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir
y por cierto me vieron



hasta aquí había hecho y rehecho
mis trayectos contigo
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad
pero vos encontraste la manera
una manera tierna
y a la vez implacable
de desahuciar mi amor



con un solo pronostico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible
lo envolviste en nostalgias
lo cargaste por cuadras y cuadras
y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera
ahi nomas lo dejaste
a solas con su suerte
que no es mucha



creo que tenes razón
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo



hace mucho muchísimo
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como vos
mas no fue tierno



ahora estoy solo
francamente
solo



siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado



antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles de invierno



con los ojos bien secos
por si acaso



miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.




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