jueves, 14 de febrero de 2013

SOS


Sistema Orbitando solarmente
¿Os acordáis de las chicas de oro? Sicilia…1939…
Granada…2013…Comenzando febrero de la mejor manera posible.
Ya tenemos a casi todos los planetas que orbitan alrededor del Sol…queda libre Neptuno, entre tanto se han ido uniendo otros astros que tenemos cerca y eso, en continua expansión.
Si las personas llegan a tu vida en el momento que las necesitas, de igual forma las cosas suceden sólo cuando tienen que suceder.  Este encuentro estaba planificado para un fin de semana anterior al que aconteció, pero Selene y Gaia volvieron a coincidir en un eclipse solar que les vino a todos de perillas justo siete días después. Incluso disfrutamos más tiempo de Venus que en otras ocasiones, afortunadamente para todos.
Urano tuvo algunos problemas que impidieron el encuentro con el resto, pero Marte, a las 8 en punto de la mañana ya estaba esperando la llegada de Gaia para deleitarse juntos, como en otras ocasiones, con un buen desayuno que les reportara todo lo que necesitaban hasta la hora del encuentro. Engañamos al Sol, cosa extraña en la realidad, pero nada imposible en nuestra alquimia; y sorprendimos a Selene aún en los brazos de Morfeo.
Entonces empezó la fiesta, como las mejores fiestas, ésta se desarrolló en la cocina, ese lugar mágico en el que podemos practicar todo tipo de mágia. Esta vez las croquetas estaban hechas, todo un detalle que tuvo nuestro Sol, así que más tiempo teníamos a nuestra disposición para charlar. Así que cuando llegó Venus con las verduras…¡ya estábamos todos! Al menos todos los que pudimos estar.
Marte, siempre tan ocupado, tuvo que abandonarnos a mitad de la fiesta, pero esa noche no se iba a poner el Sol, así que podíamos encontrarnos después y salir a buscar exo planetas, sexo planetas y asteroides por la noche…cuando todos los gatos son pardos y Venus no para de atraer a las estatuas de ébano.
Risas, paseos, bailes, besos y porros complementaron el encuentro, pero la quedada había sido para bailar y ¡vaya si bailamos! Unos más que otros, y si no, que se lo pregunten a Marte. Que nada más llegar al Son, ya le echó el ojo un sexoplaneta con las mismas ganas de bailar. Selene y Marte paseaban sus ojos por las dunas, valles y ríos de otros exo planetas, analizando la posibilidad de aproximar órbitas en medio de tanto desfase.
Los paseos son lo mejor en todos los casos. Si paseamos por la mañana recorriendo las imágenes del niño de las pinturas, cruzando ríos de músicas, bailando ya de buena mañana, olvidándonos el pan, alimento de la tierra, en la primera y única parada que hicimos para repostar. Por la noche nos negamos a subir en ninguna nave y nos dirigimos a inspeccionar el son en mitad de la ciudad. Y de madrugada, regresábamos a nuestro “cobijo”, más vivos que la noche anterior solo por el hecho de compartir nuestros sueños.
A la mañana siguiente nos dirigimos de ruta campestre, sin estar preparados, sin esperar ese frío y encontrando un reloj de Sol ¡Cómo no! Donde nos inmortalizamos para los restos como Sistema que somos. Sí, ya, faltaban Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano, Plutón, el Lucero del Alba, Casiopea, Orión; pero sin estar, también estaban. Comimos sin comer y formamos nuestro grupo, uno interestelar, que se comunica por wiffi y que casi siempre está en contacto, haya o no conexión.
Marte y Selene son muy dulces, pero nunca dicen que no a potenciar esa dulzura, y casi siempre tentando…esta vez con varios chocolates y unas tartas que son indescriptibles y que sin querer y queriendo, compartieron con el resto. Aún guardo restos del sabor de aquellas tartas. Y del viaje de regreso, Selene y Gaia de nuevo viajando juntos en el espacio tiempo, en una cápsula donde todo lo que sucede es nuestro, de nadie más; donde alargamos el tiempo y lo paladeamos, lo masticamos, lo vamos digiriendo lentamente, cada uno por su lado,  incluso cuando estamos separados.
Hoy el Sol luce con menos intensidad, así que he alumbrado por fin un relato para avivar su fuego. 


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