lunes, 6 de junio de 2011

CARTA A MIS ALUMNOS

Me considero una persona comprometida; con mi trabajo, con mi pareja, con mi familia y con el mundo, de ahí que me sienta un ser afortunado.
Siempre he pensado que mi esencia podría haberse formado en otro sitio y mi vida habría sido completamente diferente, incluso en otro tiempo donde ya sería abuela o habría muerto de alguna de las enfermedades que, afortunadamente, hoy tienen cura.
Pero quizás por ésto, o tal vez por mi adicción a la lectura o por mis ganas de aprender cada día, o por mi formación en historia... mi relación con el entorno se torna cada vez más estrecha y siento igual de cerca al latino, al musulmán, al chino, al occidental, al español, a cualquier persona.
Para explicar como me siento en mi entorno sería justo ser sincera y aunque yo consigo llevarme bien conmigo misma y soportarme, no sucede así con mi entorno. Hay muchas cosas cotidianas que no soporto: la falta de educación, la suciedad cuando existen papeleras, las mierdas de los perros por la calle, que la gente tire sus basuras a cualquier parte sin importarle quién pase luego por allí, que los jóvenes no admiren a sus mayores, que no busquemos los mejores ejemplos, que nos conformemos con la mediocridad y que aún así nos sintamos importantes.
Siempre he querido ser profesora, desde que recuerdo, quizás por eso tengo tantas ganas de aprender, pero cuanto más aprendo, más me sorprendo y aquí es donde toca hablar del mundo que habito.
He comenzado a viajar muy joven, y aunque no he recorrido aún muchos países, ya puedo establecer una diferencia entre los países ricos y los países pobres. Los países pobres son mucho más hospitalarios, más amables, más educados y más solidarios que los países ricos y no dejo de preguntarme ¿por qué? aún no he encontrado una respuesta que me satisfaga, pero sigo jugando con distintas variables.
El mundo en el que yo crecí era mucho más libre y más justo que el mundo hoy habitamos, y mi sensación, a pesar de considerarme un ser optimista, es que vamos a peor.
Hoy en día, donde las diferencias entre ricos y pobres ya debían estar más que superadas, se ha formado un abismo. Hoy, que la paz debería ser el "Leimotive" de nuestro día a día, hay más conflictos armados que en cualquier otro periodo del pasado. Hoy que podríamos compartir el tiempo con el resto de nuestros semejantes, nos aislamos detrás de cualquier pantalla. Hoy, que no deberían existir las fronteras, levantamos alambradas y contratamos alarmas para sentirnos seguros en nuestro castillo. Hoy, que se nos llena la boca con la palabra DERECHOS, estamos dejando que nos los arrebaten a puñados. Hoy, que tenemos acceso a todas las palabras, de todos los idiomas, cada día usamos más palabras oscuras, simples y dañinas.
Por eso hoy 4 de mayo de 2011, queridos alumnos, he deseado compartir con vosotros mi relación con el entorno y con el mundo actual, porque creo que los jóvenes tienen en sus manos el futuro, un futuro que no está escrito y que nadie escribirá por vosotros, pero del que sois los únicos responsables.
Lo más importante para mí es ser un poquito mejor persona cada instante, cada día, cada momento y no dejar de intentarlo.

3 comentarios:

draimiz dijo...

Es una carata estupenda y,llena de comprimiso y honestidad infinita..es un ejemplo de seguir para educar a las nuevas generacíones..ojala todos hicieran lo mismo.Tahayati.

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Gran carta. Felicidades... Paco

Gaia dijo...

Gracias Paco:
En el centro te echamos de menos, sobre todo Belén, que es una escritora fantástica. Me alegra mucho que hayas podido encontrarme, eres muy amable y espero coincidir en más ocasiones contigo. Ahora yo también te sguiré.
Macarena