martes, 16 de agosto de 2016

Un abrazo, grande


"Donde quiera que estés, te gustará saber
que te pude olvidar y no he querido.
Que por fría que sea mi noche triste, no echo al fuego 
ni uno solo de los besos que me diste".


Que sabemos que no somos eternos y aún así es increíble que no volvamos a vernos, que ya no podremos hablar un ratito de lo mal que va todo y de lo frustrante que es no contagiar al mundo con la alegría. Que queda prohibido echar de menos a alguien sin alegrarse y que ahora te extraño algunas veces con pena.

Que no entiendo muchas cosas del mundo, que desconozco lo que sucede en el universo y que cada vez siento más cerca la deshumanización de la sociedad, me hace amar más y más la maltratada naturaleza.

 Y que tú tienes la culpa de que cada vez que salgo al campo busque un rincón donde acomodar las posaderas y respirar, que de vez en cuando paro para mirar atrás y ver el trecho recorrido, que Macaín me acompaña en algunas ocasiones, pero que cuando no lo hace, también está conmigo.

Guerrero, podría definirte claramente con tres o cuatro palabras, pero ahí estás tú, ese es tu ser, abrazado por un tronco, con el ceño fruncido, soñando melodías e imaginando un mundo más justo. ¡Menos mal que me marqué aquel tango contigo! Cambalache.

Gracias por dar tanta guerra, gracias por luchar tanto por la vida, gracias por compartir tu energía con nosotros, ahora más que nunca, esa energía nos rodeará a todos y nos hará un poquito mejores.



No hay comentarios: