A menudo se plantea
la cuestión de si la gente quiere realmente ser libre, y hacer frente a las
responsabilidades que ello implica, o prefiere ser gobernada por un dueño
benevolente. Y, en consecuencia, para defender sus tesis, los partidarios de la
actual distribución del poder han recurrido a diversas versiones de la idea del
esclavo feliz.
Pienso que no es
competencia de los esclavos razonar acerca de la libertad. Hay que ser libre
para aprender a hacer uso de las propias capacidades de un modo provechoso.
Sólo es posible conseguir la capacidad de razonar mediante las propias
experiencias y hay que ser libre para poder llevarlas a cabo.
Nunca me he sentido
esclava, siempre he sentido la responsabilidad del significado de la libertad,
por lo tanto, siempre he sido muy consecuente de mis actos y asumo las
consecuencias en todos los casos.
Como docente
siempre me he implicado muy personalmente con mi trabajo, con mi tiempo y
también con mi dinero, los ejemplos están en las diferentes memorias que he
desarrollado cada final de curso.
Como persona,
siempre me he cuestionado a mi misma. Es la primera vez que trabajo para una
institución privada, porque siempre he considerado que la educación ha de ser
pública, gratuita y de CALIDAD. Pero otras son las circunstancias que me
trajeron aquí.
Escribo esto por
diferentes razones y una de ellas es que, concedido el beneficio de la duda y
teniendo en cuenta que lo importante es ahora, no quiero que se me olvide el
periplo por el que he pasado durante los tres meses y ventidos días que llevo
aquí.
Llegué por la
Misión y la Visión. En un momento en el que la luz fue el Liceo de las
Américas, pero con unas condiciones paupérrimas. Eso no fue ningún obstáculo,
pues conseguí el dinero para pagarme el pasaje, eso sí, solo para venir, no
pensaba marcharme tan pronto.
Tengo todos los
correos que nos estuvimos enviando antes de llegar a Ecuador, así que pruebas
no me faltan. Y teniendo en cuenta que soy libre, responsable y tengo un
sentido muy profundo de la palabra, me lo creí todo. Pero nada es lo que
parece. Ni siquiera ahora que todo son exigencias, controles, actas, parece que
todo cambia para seguir exactamente igual.
Ahora están
intentando solucionar la irregularidad de mi situación y me miran como si les debiera la vida. como si la
situación la hubiera generado yo, cuando, desde el día en que llegué no he
dejado de preguntar por mi visado, por mi convalidación del título, por mi
contrato, por mis roles de pago...
Hace un mes y
medio que me nombraron directora de la escuela, y me presentaron como tal, y
sin tiempo real he estado coordinando proyectos, rellenando informes y poniendo
al día las prioridades. Pero los primeros quince días en mi nuevo cargo ni me
los pagaron, alegando que comenzaría mi nuevo roll de pago en la nómina de
julio. Por ahora espero.
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