domingo, 30 de diciembre de 2012

(R)ecuerdos



¿Cómo has pasado las navidades bien o en familia?
Recuerdo que las navidades en casa eran la fiesta más importante para todos, los que estaban viviendo fuera, regresaban a casa para estar con los suyos, casi siempre había un día en que nevaba y además, entre fiesta y fiesta, aquí en alcázar de san Juan, son los carnavales.
Recuerdo que vivíamos con la abuela y en las cenas de noche buena y noche vieja, no se cuestionaba otra cosa que el menú, todos acudíamos a su casa y nos disponíamos alrededor de una mesa dejando en cada casa las opiniones desfavorables…o igual es que era pequeñita y no me enteraba de según qué cosas que ahora como adulta entiendo, aunque no comparta.
Recuerdo una noche vieja que cenamos en el patio, estábamos todos, familiares y agregados; mi hermano acababa de regresar del servicio militar, de Melilla, y trajo Hachis, así que tras la cena, mi hermano, Toni y mi padre se liaron unos cigarritos y mi abuela comentó, que sin saber lo que era, ella no quería drogas en su casa, a lo que todos respondieron “abuelita, si esto no son drogas” y seguimos con la fiesta. Toni no paró de hablar…y de beber agua, mi padre no paró de cantar, Antonio no paró de bailar y el resto no paramos de reir. Aún recordamos todos ésa noche vieja, como una de las mejores, pero también como la última en la que todo salía según lo previsto.
Cuando la abuela murió, comenzó la discordia, ahora no estaba muy claro dónde cenábamos esa noche, si en casa del tío, en casa de la tía o en nuestra casa…y ahí estamos. Hasta entonces la navidad la pasábamos bien, ahora la pasamos en familia y este año, para más inri, somos solo la familia nuclear.
Recuerdo cuando los primos, bueno, en realidad las primas, decidimos quitar a nuestras madres de cargos y compromisos y preparar nosotros la Nochevieja, recuerdo las reuniones previas para elaborar el menú, el día de cocinar que nos pegábamos, el preparar las supermesas, porque somos 18 a cenar y que cuando llegábamos todos arreglados para asistir a la fiesta, siempre,  siempre había algo que fallaba, o alguien con mala cara o alguien que no quería estar allí.
Ahora nos quedan las reuniones para preparar la noche vieja, el ver como sentamos a la gente que no se soporta para que no resulte tan violento, las comidas y cenas que disfrutamos con la excusa de preparar esa noche y también este año, las reuniones más informales para plantear nuestras diferencias en esta decisión que han tomado nuestras madres sin contar con nosotros.
Esta será la primera noche vieja que cenemos solos en casa y puede que la última que cenemos en familia, igual el año que viene la pasamos en Estambul y la pasamos bien y no en familia.

viernes, 28 de diciembre de 2012

(Q)uerencias


Porque no es lo mismo querer que amar, porque solo el verbo indica cosas distintas en cada caso, porque querer es posesivo y amar es activo, generoso, abierto e innato, nos es lo mismo.
Normalmente pronunciamos “te quiero” y es algo que decidimos nosotros, a quien se lo decimos, con que tono, en qué circunstancias, y siempre esperamos algo de la persona a quien van dirigidas esas palabras.
Sin embargo, “el amor” es otra cosa, es un sentimiento, va dirigido al mundo y viene de más allá del mundo, no necesitamos palabras para expresar ese sentimiento y no podemos evitar sentir el amor, el que damos y el que recibimos.
Es verdad que algunas veces el amor se enquista, porque lo forzamos, porque lo confundimos, porque queremos poseer por largo tiempo ese sentimiento y acaba por poseernos a nosotros y entonces ya nada es lo que esperábamos, queremos más, le dotamos de una responsabilidad que lo va sujetando a lo personal y cotidiano y entonces se vuelve feo, porque le cambiamos el sentido, nos obligamos a querer amar o a que quieran amarnos y entonces…nos perdemos en nosotros, comenzamos a meternos en un jardín que han diseñado otros, con sus expectativas, con sus esperanzas, con sus famas y ahí comienza el principio del fin.
Amor propio, amar al semejante y al diferente, amar la naturaleza, amar lo que hacemos, amar la vida es en definitiva lo que todos deseamos.
Desear, otro verbo posesivo que viene de las entrañas, que no podemos controlar y que mueve los cimientos de nuestros pilares y consigue que confundamos nuestras más profundas inquietudes, esas que nos acompañan sin saberlo, esas que hacen que seamos lo que somos, esas que nos definen y nos identifican.
Sí, ya se, vuelvo a los orígenes, a la dispersión, a querer decir tanto que me faltan las palabras, pero es que esa soy yo, una pildorilla inquieta, ambiciosa y dispersa, y como dice mi hermano…”quien mucho abarca, poco aprieta” por eso necesito amar, para no amarrar, así que no necesito apretar mucho, no necesito explicaciones de fuera, tengo que encontrar las de dentro, las que no elegimos nosotros porque nos vienen de serie.
Pues eso: Querencias.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

(P)érdidas



Lo primero que aconteció al llegar al pueblo, acompañada de mis amigas fue asistir al cumpleaños de uno de los ausentes. Ismael no se ha ido, no se ha muerto del todo, porque su hermana se va a encargar de ello. Todos sus amigos, algunos de ellos músicos, prepararon el concierto en “El suburbia”, un local nuevo en el que parecía que estábamos en otra ciudad, en una más grande, rodeadas de conocidos que parecían desconocidos por el tiempo que hemos estado sin vernos y también nuevas caras de gente más joven, que está llena de inquietudes, como Oli, una joven Undergroun que no paró de hacer fotos con una réflex instantánea y que inmortalizó el momento…todo para subirlo a la página del Isma, porque no nos creemos nadie que no lo vamos a volver a ver.
Así que salimos de allí llenos de regalos, llenos de abrazos, llenos de sonrisas, en una fiesta donde nos encontramos los vivos y los muertos, los muertos vivientes y los que viven a muerte cada uno de los días. Porque de eso se trata al final del todo, de vivir cada día, de las ganas que le pongas, de la vida de hoy…y yo, que regresé perdida, odiosa, mentirosa y enfadada conmigo misma y por extensión con el mundo, ahora no se me ocurren motivos para estar triste.
 Todos los días voy con “mi camella” al parque y allí corro durante media hora, solo llevo aquí una semana y ya coincido con una chica para correr, al principio solo nos sonreíamos, luego nos saludábamos y hemos hablado hoy para salir juntas cada día…Va a llevar razón Antonio, no he nacido para estar sola, ni queriendo .
Además he vuelto a salir de marcha…la primera duró dos días y es que ya lo dicen nuestros padres, cuando nos juntamos Bea y yo no vemos el momento de irnos a casa, y menos en esta ocasión donde teníamos tanto que contarnos, tanto que compartir, tanto silencio que compensar. Nos hemos hecho mayores, afortunadamente, y fuertes, porque nos han pasado cosas, porque nos hemos expuesto a la vida y nos ha herido y nos estamos curando. Pero es reconfortante encontrarte de nuevo rodeada por esa familia que has elegido con el tiempo y ver que permanece la esencia, que nos miramos y nos reconocemos sin necesidad de palabras.
He preparado comidas, cenas e incluso algún desayuno en mi nueva residencia y lo mejor es que también he comido cenado y desayunado fuera de casa en más de una ocasión; de nuevo hoy estoy invitada a tomar un aperitivo que intuyo se convertirá en comida y terminaré con mis amigas para preparar la cena de disfraces y el entierro de la sardina.
Entre tanto, ya tengo el carnet de la biblioteca, me he apuntado a teatro para el cuatrimestre que viene, he comenzado a leer documentos para ponerme al día con la tesis, he contactado con los chicos del 15M de aquí y he restaurado una bicicleta de los años 50. Creo que me estoy encontrando.
Las peores pérdidas no son las de los que mueren, sino las de los que viven y es como si hubieran muerto. Pero como a mí me gustan las palabras y la literatura es mi medicina en todos los momentos duros de mi vida, seguiré lanzando botellas al mar, por si llegan a esas islas donde mis queridos desaparecidos han decidido acampar…no se sabe por cuánto tiempo.

lunes, 24 de diciembre de 2012

(Ø) o los ratones en Mercurio



Algunas veces quedarse es otra forma de no estar, ahora lo que toca es respirar, para poder seguir adelante, para encontrar los colores y olores que Friederich recopila para cuando llegue el invierno.
Y el invierno ha llegado.
Así que aquí tengo que mencionar a otros ratones a parte de Frederich que es nuestro ratón preferido; los que están en Mercurio. ¿Cómo un planeta que se encuentra tan cerca del sol puede ser tan frío? Y ¿cómo es posible que los ratones coloraos, los ratoncitos comunes y las musarañas hayan invadido ese planeta y no paren de hacerle cosquillas? ¡Con lo peligroso que es Mercurio! Pues sí, Olé por esos ratones, ojalá le hagan tantas cosquillas que no pueda parar de reír y llorar de alegría.
Encontramos algunos tesoros en nuestro camino; alguien pudiera pensar que los ratones no lo son, pero las musarañas, como el colibrí, viven tan poco porque viven intensamente, no paran de inspeccionar un espacio pequeñito como si fuese toda una constelación y buscan sin parar el alimento que necesitan para seguir con esa actividad.
Los ratoncitos comunes a veces se convierten en conductores de carruaje para que la princesa llegue al baile del castillo, aunque con la condición de regresar antes de la media noche; y aquí y allá, algunos otros reparan el calzado del viejo zapatero durante toda la noche, para que cuando llegue el día pueda recuperar algo de lo invertido en todos los parches que ha puesto en su vida. Y algunos otros que viven en librerías y se alimentan de conocimientos como Firmín, que finalmente fue tachado de bicho raro y milagrosamente salvado de la muerte, consiguió hacerse amigo del librero.
Y luego están los ratones coloraos, que son listísimos, obligados a buscarse la vida en las condiciones más espantosas, inteligencias excepcionales que se ríen hasta cuando están durmiendo, que no se toman nada en serio o todo les afecta hasta el remiedo al extremo.
Así que algunos viven intensamente, otros inventan un mundo mejor y los últimos viven más para fuera que para dentro; pero entre todos, van a hacerle tantas cosquillas a Mercurio, que lo harán menos peligroso, menos destructivo y más benevolente.
Y el invierno ha llegado.
Ha llegado hace tan solo dos días, acompañado de un fin del mundo tal y como lo  conocíamos y del nacimiento de este nuevo mundo, que puede ser como nosotros queramos. No es tan frío como otros años, pero hoy hay niebla y parece que la atmósfera húmeda transforma los pensamientos tras varios días sin dormir, recuperando algún tiempo, disfrutando de los homenajes de vivos y muertos y bailando hasta la saciedad una música del infierno acompañada de gigantes estatuas de ébano; todo ello bañado en tanto vino que ya no estoy muy segura de según qué cosas.
Por eso llevo en mi cartera una tortuga que me recuerda que no hay que tener prisa por que sucedan las cosas, una mariposa accidentada, pero que está a punto de recuperarse y echar a volar y una lima…porque nunca se sabe.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Pablo (N)eruda


La estudiante

Oh tú, más dulce, más interminable
que la dulzura, carnal enamorada
entre las sombras: de otros días
surges llenando de pesado polen
tu copa, en la delicia.
 Desde la noche llena
de ultrajes, noche como el vino
desbocado, noche de oxidada púrpura
a ti caí como una torre herida,
y entre las pobres sábanas tu estrella
palpitó contra mí quemando el cielo.
Oh redes del jazmín, oh fuego físico
alimentado en esta nueva sombra,
tinieblas que tocamos apretando
la cintura central, golpeando el tiempo
con sanguinarias ráfagas de espigas.
Amor sin nada más, en el vacío
de una burbuja, amor con calles muertas,
amor, cuando murió toda la vida
y nos dejó encendiendo los rincones.
Mordí mujer, me hundí desvaneciéndome
desde mi fuerza, atesoré racimos,
y salí a caminar de beso en beso,
atado a las caricias, amarrado
a esta gruta de fría cabellera,
a estas piernas por labios recorridas:
hambriento entre los labios de la tierra,
devorando con labios devorados.

Ésta es para ti, Belén. Porque te recuerdo siempre.

viernes, 7 de diciembre de 2012

José (M)artí


Bueno, ésta te la debía, sin que ninguno de los dos supiéramos a dónde nos dirigíamos, nos unió el cruce de caminos, ahora todo es lo que haría, lo que haré, lo que hago, dónde voy, de dónde vengo, y quizá no es nada tarde para preguntarnos sobre lo importante de la vida. ¿Cuándo es el momento? Ahora.

Árbol de mi alma

Como un ave que cruza el aire claro
Siento hacia mí venir tu pensamiento
Y acá en mi corazón hacer su nido.
Ábrese el alma en flor: tiemblan sus ramas
Como los labios frescos de un mancebo
En su primer abrazo a una hermosura;
Cuchichean las hojas: tal parecen
Lenguaraces obreras y envidiosas,
A la doncella de la casa rica
En preparar el tálamo ocupadas:
Ancho es mi corazón, y es todo tuyo:
Todo lo triste cabe en él, y todo
Cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere!
De hojas secas, y polvo, y derruidas
Ramas lo limpio: bruño con cuidado
Cada hoja, y los tallos: de las flores
Los gusanos y el pétalo comido
Separo: oreo el césped en contorno
Y a recibirte, oh pájaro sin mancha,
¡Apresto el corazón enajenado!